La táctica de la espera

Cuando estás rodeado de gente, cuando ella sólo es un punto en el horizonte, cuando te mira y decide que eres suyo, y te creces, te vienes arriba como un león ante su desayuno...

Ese es el momento de esperar, de ensalivar, de lamerse los labios y dejar que la magia se haga sóla. Sin arreones, esos ya los darás en su cama.

Pero no seas tan tonto como el viejo Hank, no dejes que el pez se lleve tan lejos el sedal, que luego no te permita tirar de él.

Disfrazado

Delicada como el primer porretín de heno del otoño, dura como una zarza en pleno abril. Parece mucho menos de lo que es...un problema, una locura, una mujer que da el perfil de torturadora...y lo sé..y no huyo...y soy jilipollas.

Me dejo caer por su vida con sutileza, con sonrisas de medio lado, con "un día de estos te llamo y te enseño la otra cara del mundo", con mis amigos presentándome mujeres más sanas en sus aledaños. Trato de no dejarme llevar por la ansiedad, o la pasión, y fabrico silencios incómodos en los que pienso cómo coños arrancarle la ropa, pienso cuál de los milímetros de su cuella es el que lameré primero, pienso contra qué pared de mi vacío cubil poseerla...Me doy la vuelta y me porto como un niño bueno...

Disfrazado con mi careta de pardillo...sólo me vendieron la gomilla

Cuando

Cuando llega la mañana y veo el hueco sudoroso que otra ha abandonado en el lado derecho de la cama. Cuando enciendo un cigarro y deseo que el día pase lento y sosegado. Cuando conecto mi LesPaul al amplificador y dejo que los versos escapen de mi boca como si fuese una jodida estrella del rock de los años setenta. Cuando tengo una erección leyendo a solas las cartas que te escribía y no te enviaba. Cuando mis únicas provisiones son café y jamón de york. Cuando me lanzo a la noche a llenarme el buche de on the rocks y amigos. Cuando escribo insensateces en una libreta....

Entonces es cuando te olvido...y todo funciona, y soy Bogart, y soy Dean, y soy el que era antes de ser tu Ex.

Su inocencia

No es tal, no existe, aunque parezca tímida, lleve un monedero de Hello Kitty y te diga que escucha a Russian Red en sus momentos de bajón, es un putón. Entiéndeme, no lo es contigo, claramente. Porque tú no eres "su tipo pero le caes genial", excusa que ella emplea para justificar meses de hacer que le lleves el macuto, le hagas los deberes y le dejes dinero para el café. Mitos que se derrumban, tranquilo hasta Marlon Brando habrá pagado algún café que no ha terminado en sexo salvaje.

Ella no es inocente, no vive en el reino de fantasía y por muchos lacitos o corazoncitos que tengan sus "no tan" inexpugnables bragas, ella sueña con que le hagan temblar. Piensa en ello cada vez que hables con ella.

No quiero decir que haya que ir con el congrio por fuera del pantalón, pero sí que no bases tu comportamiento en ser ese príncipe azul, en ser Wander enfrentándose a los colosos para despertar a Mono, no seas igual de idiota.

Esto no va de ser su escudero, sino de ser su deseo...va de hacer que se muerda los labios

Me gusta cuando se muerden los labios

Pueden acabar contigo, devorar tus sueños e ilusiones, convertir a ese rebelde de película de Jimmy Dean en un Billy Crystal cualquiera, manteniendo esas estúpidas conversaciones telefónicas con Sally. Son retorcidas, saben qué es lo que quieres y por supuesto que no van a dártelo hasta que no cumplas con todos sus requisitos. Olvídate, no eres un príncipe azul de cuento, eres un puñetero "salary man" más, por muy grande que éste sea, eres una pieza más de esta máquina de producción, bienvenido a Matrix señor Anderson. Da igual las montañas de libros que tengas leídas en tu haber, da igual tu granuda adolescencia invertida en decidir si "Watchmen" era mejor que "From Hell", da igual que sepas que el 4-3-1-2 es la piedra filosofal del fútbol actual, o seas capaz de distinguir un Shelby de un Ford Fiesta. Da igual. Eres un soldadito más. Y ellas lo saben.

Te levantas por la mañana, te duchas y maldices a tu correspondiente dios por no haberte dado más músculos y más rabo. Te secas y piensas en esa mujer que te atormenta, esa con quien compartes clase, autobús o trabajo. Tienes menos de treinta años y ya temes alcanzar esa cifra sólo y calvo, con algún polvo furtivo consecuencia de que esa noche era Jack Daniels quien hablaba, y no tú, porque cuando tú hablas ellas huyen, o fabrican perfectos silencios con que atormentarte. Piensas en si merece la pena seguir intentándolo, si no sería mejor abandonarse a todos los gigas de porno de internet y a la cálida compañía de tu mano derecha, a la mierda todo. Pero niegas la mayor, y te dices a tí mismo que merece la pena ponerse la chaqueta y lanzarse al trabajo, al estudio, a los puñetazos que la vida quiere encajar en tu mentón, enciendes un cigarro, te sirves un café, y empiezas a pensar que tarde o temprano será tuya.

Lo haces por ese ténue recuerdo de aquel segundo en el que conseguiste arrancar una imagen que te da alas cada vez que caes...Ella mordiéndose los labios, tú siendo el héroe, el mundo parado a vuestro alrededor...

Cuando empiezas a disfrutar del juego, ganar, pierde toda importancia.

Bienvenidos