Sit Com

-Los espectadores no quieren ver esa parte de la historia.
-Pero es mi vida de lo que estamos hablando.
-Desde que firmaste ese papel, dejó de ser tu vida. Estás cumpliendo tu sueño, es lo que querías¿no?. Ahora en tu vida nadie muere salvo que sea un personaje secundario que no importa a nadie y que carece de una "catchphrase" original. Tienes banda sonora indie pop para los momentos épicos, para los tiernos, para los solitarios¡Y risas enlatadas!¿Qué más quieres?Solamente tienes que sacrificar un pedacito de ti.
-Es mi vida eso a lo que llamas un pedazo.
-Sólo te pido que dejes de salir con esas chicas, no aportan nada a la historia, tu personaje
-Dirás a mi vida.
-Eso, a tu vida. Estás empezando a perder carisma. Las encuestas revelan que las mujeres de entre 25 y 40 están empezando a odiarte y el share ha caído en esa franja de edad.
-Necesito a esas mujeres, necesito ese vacío, la temporada pasada fue muy dura, los guionistas me dejaron echo polvo¿No lo entiendes?Necesito desahogarme. Volver a ser el tipo encantador y cínico que soy y que nunca debí dejar de ser, me está equilibrando. Y además...me lo estoy pasando de puta madre¿No puedo divertirme por una vez?
-Ya te has divertido bastante, son seis episodios en los que volviste a tus raíces, volviste a ser un encantador Míster Cinismo. Pero ya empieza a cansar al público, quieren que vuelvas con Eva.
-¿Con Eva?¿Otra vez?¿Quieres volver a hacerme pasar por lo mismo de la temporada pasada?¿Por esa zorra estirada?
-Sí, las encuestas revelan que tus capítulos con Eva fueron los que más gustaron y son los que más audiencia han tenido desde que Bárbara dejó la serie.
-Por qué no Bárbara, por qué no me hacéis volver con Bárbara. Sigo enamorado de ella.
-Porque Bárbara ya tiene su spin off, que por cierto, ahora tiene más audiencia que tú. Debes asumirlo, Bárbara no es personaje para tu serie.
-Las telenovelas siempre tiran más que las Sit Com.
-Sí, y Bárbara es personaje de telenovela, su visión dramática del mundo, su búsqueda del amor puro y verdadero...todas esas paparruchas nos dan una pasta en anuncios de perfumes.
-¿Por qué Eva?Es una déspota, una zorra que me ninguneaba.
-A las mujeres les gustaba ver cómo el gran cazador había sido cazado, cómo te había amansado y desquiciado. Y la mayoría de los hombres se sentían identificados con tu situación.
-No quiero vivir para hacer a los mediocres sentirse mejor por ser tan mediocres como yo.
-Compañero, esto es lo que firmaste, quisiste que tu vida fuese una Sit Com, no una película porno ni una de superhéroes. En una Sit Com tu mediocridad y tu torpeza son las que hacen a la gente sentirse mejor, porque se ven reflejados en ti, tu personaje está cargado de empatía y las empresas publicitarias adoran la empatía. Míralo bien, Eva es una chica inteligente y guapa, tiene carácter y te encantaba su aura de princesa que necesita ser rescatada. A la gente le encantan las princesas que necesitan ser rescatadas.
-Lo siento, la mía está en otro castillo.
-Los guionistas ya tienen el próximo episodio para que te pongas manos a la obra.
-Déjame ver.
-Vas a un restaurante con una chica, aún no tiene nombre ni está hecho el casting, pero queremos que tenga rasgos nórdicos y que sea voluptuosa, para contrastar con las formas de Eva. Ella empieza a hablar de tarot, de runas vikingas, del i-ching, de cómo el destino está escrito y todas esas herramientas permiten verlo.
-Una loca.
-Al público le encantaban tus citas con locas, será algo old school, reconfortante, tú con cara de aburrido, removiendo tu whisky y soltando frases ingeniosas...eso se lo dejamos a los guionistas. De repente miras al fondo de la sala y Eva está allí, sentada con una amiga, con los ojos rojos y el rimmel corrido.
-Tópicos.
-Los tópicos funcionan. De repente, suena "With or without you" de fondo mientras miras el reloj que ella te regaló y que "casualmente" llevas puesto esa noche. Coges tu servilleta, te levantas, caminas hacia su mesa, y un plano: Tu mano con el reloj tendiéndole la servilleta, sube la música, os mirais a los ojos, plano cerrado, os sonreís y boom, títulos de crédito.
-Lo siento, puedes poner ya los títulos de crédito.
-¿Qué dices?Va a ser espectacular, a todo el mundo le gustan los retornos.
-Y las precuelas y las trilogías y "Gandía Shore". Pero no por eso aportan nada al arte ni a la gente que los ve. Mantienen un concepto falso y edulcorado sobre la vida. Una montaña de moralinas embutidas en un blazer azul marino, "El mujeriego rendido ante la causa de la única mujer que supo destrozarle". Y ellas creen que pueden y deben cambiar al hombre que está a su lado en el sofá, y ellos se rinden y dejan de pelear, de intentar ser quienes realmente quieren ser. Yo quería divertir a la gente, pero además motivarles para alcanzar sus límites.
-No eres Eric Thomas. Eres un simple actorucho de mierda que tiene que hacer lo que se le manda¿De acuerdo? Grabaremos ese capítulo mañana. No te retrases, que nos conocemos.
-Rompe mi contrato.
-Firmaste con tu sangre, si rompes ese papel morirás.
-Sí, y tú te quedarás sin marioneta, seré libre.
-No, no lo hagas, no lo rompas¡Es una orden!

El actor cogió el contrato, sacó su mechero, encendió un cigarrillo, dió una calada y jugueteó con la llama bajo el contrato. La cara del productor era la de un niño viendo "Viernes 13". El papel se incendió. El actor se vió envuelto en llamas en el acto. No sentía el dolor de las llamas sobre su piel, derritiendo sus globos oculares o el olor a cabello ardiendo. Sonreía, y su alma bailaba, liberada.

Presuntuosos

Dejaba que llevaras el timón. Me sentía cómodo en segunda línea, sujetando mi whisky, encendiendo mi cigarro. El problema surgió cuando no hubo más whisky y me confiscaste el tabaco. Cuando mis adicciones murieron, me dejé caer sobre tí, como único estímulo para el sistema de recompensa de mi cerebro reptiliano. Te ahogué, me ahogué, nos ahogamos, me ahorcaste. Amputaste mi sombrero y quemaste mi poncho de Clint. Pero no fue culpa tuya cariño, fue culpa mía. Olvidé que era un hombre.

Un hombre que bebe hasta las 7 de la mañana sin preguntarse dónde estarás. Un hombre que se juega al póker hasta sus calzoncillos, y todavía cree que va a seguir saliendo adelante. Un hombre que puede matar lo que va a comer con sus propias manos, pero no a cocinarlo con Pedro Ximénez para tí. Un hombre que prefiere su vieja camiseta negra con unos vaqueros al uniforme de cateto del domingo. Un hombre que grita y blasfema viendo el fútbol y acto seguido se desfoga contigo hasta desmontar el cabecero de la cama. Un hombre que no teme acabar con una costilla o la nariz rota sobre un campo de hierba. Un hombre que corta leña, hace fuego y da cobijo en su cuerpo. Un hombre mira a los ojos a las mujeres en los bares y les pone la mano en el culo cuando salen del bar con él. Un hombre que besa. Un hombre que ama. Un hombre que folla. Un hombre que ha elegido el camino del samurái. Un hombre que paga sus facturas. Un hombre que prefiere una cerveza con sus amigos que organizar bailes de máscaras. Un hombre que eructa en la intimidad. Un hombre que lee a Burroughs, a Murakami, a Bukoswky y a Celine, pero que sigue disfrutando a Orson Scott Card. Un hombre que escribe como respira.

Quizás el problema de la mayoría de los hombres de este siglo es que hemos olvidado ser hombres y nos hemos conformado con ser parodias de uno. En niñatos presuntuosos.