Mi temor

Tenemos derecho a que también nos tiemblen las piernas, a errar y a acojonarnos. A pesar de nuestra coraza de imperturbables engullidores de bourbon, tenemos miedo, miedo de cojones. Miedo a tropezar, miedo a poner una pica en Flandes y tener que defender esa posición, sólo esa, y no otras con las que habíamos soñado.

Allí está ella, jodidamente preciosa, pero jodidamente ecléctica. Jodidamente divertida, pero jodidamente fugaz. Piensas por un momento en dejarte llevar, en jugártela con tu triste pareja de sietes, esperando que nadie ligue una escalera de color, rubia, precisamente. Temes dejarte llevar por la suavidad de las formas y labios de la chica de al lado, más sexy, menos genuina. Temes levantarte al lado de otra, y perder tu oportunidad de ser feliz. Olvidas tu capacidad para levantarte, y caes

Irremediablemente

Paralizado por el miedo

1 comentarios:

Aarón Blanco dijo...

Me gusta cuando...

tus textos, mientras lloro, me recuerdan a mi y mientras río a los sentimientos que muestra Don Draper de Mad Men.

Siempre me gusta cuando tus textos hablan del miedo que nosotros también sentimos, pues tenemos el mal vicio de expresarlos, y eso es reprochable para ello, lo es.


Sonrisas